La Iglesia pidió al Gobierno que decrete la emergencia alimentaria
La Comisión Episcopal de Pastoral Social solicitó la medida en forma “urgente” ante los aumentos en los índices de indigencia, pobreza y el precio de los alimentos de la canasta básica.
La Iglesia le pidió al Gobierno de Mauricio Macri que declarara “en forma urgente” la emergencia alimentaria y nutricional con motivo del “severo aumento de la indigencia, la pobreza, la desocupación y el aumento indiscriminado del precio de los alimentos de la canasta básica”.
“Si bien el Estado Nacional está asistiendo con mayor ayuda alimentaria, no sería suficiente para paliar las deficiencias de este tiempo, por ello solicitamos se dispongan las medidas necesarias para declarar la emergencia alimentaria y nutricional en todo nuestro país de modo que se puedan cumplir sin demoras metas como las propuestas”, indica un comunicado de la comisión que preside el obispo Jorge Lugones.
En el comunicado conocido esta mañana se recuerda que al concluir la Semana Social, que se realizó a fines de junio en Mar del Plata, los obispos que integran la Pastoral Social se expresaban “conmovidos al advertir que el grado de desigualdad social en que estamos sumergidos es muy grande y peligrosísimo para nuestro país”.
“En estos meses, adicionalmente, advertimos que, ante el severo aumento de la indigencia, la pobreza, la desocupación y el aumento indiscriminado del precio de los alimentos de la canasta básica, nos encontramos en una situación de emergencia alimentaria y nutricional, que afecta esencialmente a los más vulnerables, en especial a los pequeños”, advirtieron en el texto.
La preocupación por el tema alimentario y nutricional de los sectores más vulnerables había sido uno de los temas principales abordados en la reunión que el Presidente mantuvo esta semana con la cúpula de la Iglesia en la Casa de Gobierno, donde se analizó la situación social y económica tras las PASO del 11 de agosto.
En ese marco, la Pastoral Social consideró este viernes que es “urgente implementar una Canasta Básica de Primera Infancia con productos esenciales que puedan ser distribuidos gratuitamente y/o a costo subsidiado para garantizar la seguridad alimentaria y nutricional, la salud, y los cuidados de calidad de niñas y niños”, que incluya medicamentos, vitaminas, leche líquida y en polvo fortificada, productos lácteos, carnes, pescados, frutas, verduras, huevos, legumbres, y pañales.
Para los obispos que integran la comisión también es “urgente aumentar el presupuesto destinado a los comedores y a las huertas escolares, comunitarias y familiares, y a emprendimientos de la agricultura familiar y social, garantizando la equidad y la calidad federal de los servicios de asistencia alimentaria y nutricional”.