Diario la Campana

Diario online

Homenaje a María Eva Duarte de Perón

Por Alicia Mayoral – Dip. PJ

 

“Hace unos días, el último informe del Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina (UCA), arrojó lamentables datos sobre la realidad que nos toca vivir. La pobreza estructural en nuestro país supera el 30 %, afectando a casi 13 millones de argentinos, en una diversidad de carencias.

Canastas básicas insatisfechas, hambre, inflación, desempleo, caída del consumo, encarecimiento de las medicinas, imposibilidad de pagar servicios públicos por su alto costo, etc.; dan cuenta de la enorme crisis socioeconómica que padecemos.

Por ello, el mejor homenaje que podemos hacerle a la compañera Evita en el día de su paso a la inmortalidad, es reconocer que su lucha contra la pobreza, la desigualdad, el egoísmo humano y la exclusión social, sigue siendo tan vigente y necesaria como cuando ella vivía entre nosotros.

Seguramente indignada, dolida, pero nunca inactiva, Eva Perón nos invitaría a no bajar los brazos en pos de nuestros hermanos olvidados por el gobierno nacional. Si ella pudo hacerlo hace 70 años, con menos instrumentos que con los hoy contamos; como no vamos a poder nosotros hoy, tomar esa bandera de lucha constante contra esa pobreza que nos lastima el alma, por injusta e inhumana.

Nuestra provincia no ha podido escapar a esa penosa realidad que nos imponen desde los poderes centrales del país y el mundo. Gracias a Dios y la voluntad popular en La Pampa contamos con un gobierno provincial que TRABAJA día a día, para amortiguar los efectos nefastos de una política nacional deficitaria en términos sociales y económicos.

Tal es así, que el Titular de “RED SOLIDARIA”, el reconocido dirigente social Juan CARR, aseguró recientemente que: “La Pampa tiene muchos méritos sociales que quizás los pampeanos no llegan a dimensionar por vivir allí. Es una de las provincias argentinas que a nivel nacional, posee un índice de pobreza y desnutrición históricamente muy bajo”. Esa mención, que no es menor nos llena de orgullo, no por el trabajo realizado, sino por lo que sabemos que debemos seguir haciendo para sacar a más hermanos de la pobreza.

A Evita le dolía profundamente el dolor del otro, por ello en tan solo siete años de vida pública, su labor dignificante de la condición humana, nos sigue marcando el rumbo, para no volver atrás.

Viviendas sociales, escuelas, hogares de tránsito, hospitales, herramientas de trabajo, planes de salud, asistencia social, campeonatos deportivos y culturales, becas estudiantiles, ayudas económicas, vestimenta, oficios, acceso a la educación superior, derechos sociales y políticos… Pero por sobre todas las cosas, SENSIBILIDAD HUMANA frente al dolor del que sufre, y acciones concretas para combatirlo.

Quienes hoy la recordamos, tenemos el deber y la obligación de recuperar su ejemplo de mujer del pueblo, de dirigente política y militante social, comprometida lealmente con una causa que la excedía, al límite de entregar su propia vida por alcanzar un mundo más justo y menos doloroso.

Hoy más que nunca, sus banderas de justicia social, respeto por el ser humano, ascenso social e igualdad real de oportunidades, son las nuestras; luchemos todos unidos sin descanso por preservarlas”.