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Cambio político o cosmético?

La evidente falta de respuestas y el creciente mal humor de los vecinos de Santa Rosa obligaron al intendente Leandro Altolaguirre a deshacerse de uno de sus principales colaboradores, Mario Cortina, hasta ayer titular del área de Obras Públicas. No fueron los únicos motivos, también tuvo que ver la interna palaciega de San Martín 50, donde las luchas intestinas se cargaron a un nuevo funcionario de ese sector estratégico.

El deterioro de la ciudad en el último año y medio no alcanza a ser explicado solamente con el pretexto de la herencia recibida. No hay ningún santarroseño que no perciba el estado de abandono y respuestas tardías a los problemas cotidianos que enfrentan los vecinos y –lo que es peor- por cuyas soluciones pagan en conceptos de tasas e impuestos. Indudablemente Altolaguirre sintió que las balas le picaban en los pies al momento de buscar responsables de semejante situación y evaluó que en este año electoral debía dar un gesto concreto.

Por otra parte Cortina aparentemente terminó creyendo su propia muletilla de ser funcionario técnico y no político, desconociendo que desde el mismo momento en que se ocupa un cargo por decreto o resolución ya se entró en la rutina de cobrar un sueldo –o en su caso tres- gracias a la política. Esto lo llevó a practicar una especie de ritual de sinceridad pseudo suicida al admitir ante vecinos atribulados y necesitados de respuestas concretas que no había planes para satisfacerlos, ante problemas tales como tener casi un metro de agua en el interior de sus casas. Similar razonamiento lo llevó a no utilizar un criterio social –de eso se trata la función pública-  dejar sin atención sanitaria a tres o cuatro barrios, por no priorizar la reparación de pérdidas cloacales. O tener 5 o 6 días continuas pérdidas de agua potable y cloacales en las puertas mismas del hospital Hospital Lucio Molas, principal centro de atención médica de La Pampa. Ni hablar de la escandalosa contaminación a la que sometieron a la laguna Don Tomás derivando directamente desechos cloacales a través de los canales de desagües cloacales.

Fue tal la pretensión de ignorar las reglas básicas de la política pública, que Cortina-Altolaguirre se dieron el lujo de dejar sin responder alrededor de 20 pedidos de informes emanados del Concejo Deliberante. En este caso en una actitud más reñida con lo democrático que con otra cosa.

Altolaguirre no recorre los barrios y Cortina sí lo hacía, el combo entre un político encerrado y un pretendido “funcionario técnico”  sin visión de lo social fue fatal para los santarroseños,  y nada menos que durante todo un año y medio.

En el plano de la interna de poder dentro del gobierno municipal, ya desde aproximadamente un año se notaba una especie de doble comando en Obras Públicas. Por un lado Cortina y por el otro la influyente concejala Claudia Giorgis. La diferencia fundamental entre los dos polos de mando radicaba en que Giorgis, luego de tantos años consecutivos en cargos públicos, había aprendido algunos de los secretos de satisfacer, o al menos aparentarlo, a los reclamos vecinales, luego de una lectura vinculada a lo social. Otro de los ganadores en  el cambio sería el secretario de Gobierno, Román Molín, quien en los últimos meses no ahorraba críticas a la gestión del ingeniero.

En las primeras declaraciones periodísticas realizadas, el reemplazante de Cortina, Pablo De Dios Herrero, se comprometió a  encabezar una gestión  “que atiendan bien a la gente y al vecino, cada uno en su función”.

El flamante funcionario vive en un barrio de la periferia, y no de los más coquetos, por lo tanto se supone que observa cotidianamente las falencias que tienen los vecinos alejados del centro santarroseño, y por lo tanto de las soluciones.

Se supone que tendrá claro que a partir del mediodía de ayer deberá dar respuestas políticas a las demandas de los vecinos, sobre todo de los más humildes, y que no existen los “funcionarios técnicos”.

Altolaguirre terminó sacrificando a uno de sus alfiles por su actitud obcecada de encarar la gestión. Es de esperar que el cambio de funcionario venga acompañado de un cambio en la forma de dar respuestas a los santarroseños, de lo contrario estaremos frente a un simple y cosmético cambio de nombres, pero no de soluciones a las problemáticas de los vecinos.