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Guay-Fay (visto y oído en las redes)

La sabiduría popular aconseja no intentar aclarar algo, porque a veces oscurece.

El intendente santarroseño, Leandro Altolaguirre, pareció desconocer el refrán, al intentar explicar su inexplicable visita a los laboratorios de Monsanto y la posterior cena con directivos de la firma. Absolutamente a nadie le pasó desapercibida la aparente contradicción entre su pasado de militante ecologista y el entusiasmo con que informó sobre su incursión a la casa de la inventora del cuestionado glifosato, altamente sospechado de ser provocador de distintos tipos de tumores cancerígenos, y los no menos polémicos cultivos transgénicos.

El Illinois, Altolaguirre también estuvo en la planta de semillas Dekalb. Esta es una marca de Monsanto, para diseñar y comercializar semillas transgénicas.

Ayer brindó una extensa entrevista al periodista Gustavo Loggia, en su programa “El Transformador”, por LU33, y su incursión a la sede de Monsanto formó parte del cuestionario al que fue sometido.

“Hay otra cultura de fumigación y siembra en EEUU”, aseveró como si hubieras descubierto a esta altura lo que es una verdad incontrastable. Es sabido que casi la totalidad de laboratorios norteamericanos realizan en países de todo el mundo prácticas reñidas con las leyes que rigen fronteras adentro de los Estados Unidos.

Las frases de Don Leandro siguieron levantando polvareda, como la que el propio Loggia reprodujo en su perfil de la red social: “En EEUU se fumiga distinto porque la gente vive en los establecimientos rurales. Acá no pasa lo mismo“. Al parecer, el jefe comunal de la capital pampeana parece desconocer que en “establecimientos rurales” pampeanos viven encargados de campos, peones rurales y puesteros, dependiendo del tamaño del “ranch”, la actividad que realizan y la distancia con centros poblados. O tal vez los trabajadores rurales que viven en los campos no entren en su concepto de “gente”.