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Doble discurso

El Intendente santarroseño, Leandro Altolaguirre, está empeñado en mostrar atisbos de gestión, a pesar de que algunas acciones puedan ser interpretadas como de doble discurso.

Después de haber contaminado con desechos cloacales  la Laguna Don Tomás, al extremo de que la cantidad de bacterias escherichia coli –causante entre otras enfermedades del síndrome urémico hemolítico- trepó al 400% en el espejo de agua, ahora decidió buscar el efecto de una reunión con autoridades del Ministerio de Salud de la Nación, para “recibir su asesoramiento e involucrar a dicha cartera en la temática de la Emergencia Sanitaria que atraviesa nuestra ciudad, a fin de que pueda aportar su experiencia y brindar orientación sobre  los protocolos de intervención que se deben seguir ante tales situaciones”, según explicaron a través de un comunicado de prensa.

En realidad la Fiscalía de Investigaciones Administrativas parece haber orientado su interés para ver si desde el Ministerio de Salud Provincial se tomaron medidas preventivas ante los constantes desbordes por aparentes fallas del sistema cloacal del Barrio Butaló.

La cartera sanitaria provincial dejó librada su actuación –o su ausencia- a la puesta en marcha de un Observatorio Sanitario Socioambiental. La propia directora de Epidemiología, Ana Bertone, apuntó tan arriba la demora en la reglamentación de la Ley que creaba este observatorio, que terminó depositando la responsabilidad en  la más alta autoridad gubernamental, para salvar la propia  ante la inacción manifiesta, puesto que no es necesaria una Ley para actuar ante una emergencia.

Párrafo aparte merece la actuación del propio fiscal Juan Carlos Carola, que ignoró olímpicamente actuar de oficio ante el derrame de líquidos cloacales del mismo Barrio Butaló en los pluviales que desembocan en la Laguna Don Tomás –hace apenas tres meses- que provocaran una contaminación sin precedentes en el lugar.

Sin ponerse colorado,  Altolaguirre declaró que  “desde el municipio de Santa Rosa no sólo nos preocupamos, sino que también nos ocupamos de la problemática sanitaria, y la idea es tratar de adelantarnos a los problemas más urgentes que pueden surgir, mientras se van encaminando las grandes obras necesarias de agua y cloacas que se deben ejecutar”.

Los colaboradores a los que escucha el intendente debieran haberle marcado que para que se hicieran realidad sus palabras tendría que, por ejemplo, haber hecho caso en su momento a la recomendación de todos los expertos que le aconsejaron adelantar la veda de pesca, cuando la contaminación de la laguna era alarmante. O mantener en condiciones los cuencos pluviales, antes de que llueva, así no se mezclan y esparcen desechos cloacales con el agua que inunda las calles ante cada precipitación,  por caso lo sucedido en las últimas tormentas en los barrios Malvinas Argentinas y Escondido, por citar un par de casos.

Como se ve, aún hay un largo camino por recorrer entre las fotos y declaraciones de ocasión y la realidad de la seguridad de los ciudadanos ante la emergencia sanitaria por la que atraviesa la capital de La Pampa.