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General Acha: ¿Un hospital con dos directores?

El hospital de Padre Buodo, de General Acha, fue ayer una caldera caliente, que no llegó a explotar. Sí quedaron a la vista determinadas situaciones que se dieron en los dos últimos años que dejan algunas dudas sobre la transparencia de las mismas. El caso ya estaría en la Fiscalía de Investigaciones Administrativas.
En primer lugar, a varios medios locales de comunicación y un grupo de la clase política les llamó más la atención el desplazamiento efectivo del ex director Jorge Haddad(foto), que las razones por la al frente del nosocomio hasta la última semana de 2017.
Haddad es jubilado. Estuvo prestando servicios en el marco de la Ley 1420, que lo habilitaba solamente para cubrir guardias, pero no para estar a cargo de un nosocomio, a menos que fuera personal único, cosa que no sucede en Acha. La Ley 1279, de Carrera Sanitaria, establece que solamente pueden ser directores de hospitales como el Padre Buodo, agentes encuadrados en esa normativa. Por lo tanto Jorge Haddad nunca pudo ser director de ese hospital.
Las autoridades sanitarias que comandaron la Salud Pública provincial debieron saberlo -y el propio Haddad también- antes de ponerlo en funciones.
Su asunción ya fue problemática, puesto que en su momento había puesto como condición no estar bajo la órbita del actual jefe de la Zona Sanitaria III, que comprendía a General Acha, Rodrigo Ortíz. La gestión del ex ministro Rubén Ojuez optó por cortar por lo sano y separó al Hospital Padre Buodo de esa Zona, creando una nueva, y así Haddad asumió.
Haddad asumió, luego de acordar condición con el ex ministro Rubén Ojuez, por disposición de la anterior Subsecretaría de Salud, y aparentemente su situación era desconocida en el Centro Cívico, puesto que la responsabilidad de disponer la conducción de hospitales, exceptuando a los de Santa Rosa y General Pico, son de la dependencia ministerial, donde se supone deben controlar que el encargado cumpla con las normativas que marca la Ley, antes de asumir. Esto es que para ser ministro, subsecretario o funcionario hasta director de los dos hospitales mencionados anteriormente se asume por decreto del gobernador. Pero para establecimientos como el de Acha alcanza con la firma del subsecretario del área, como efectivamente sucedió.
Ayer, en un programa radial achense, donde el conductor lo trataba de “Jorgito”, Haddad admitió que estuvo dos años al frente del Hospital de General Acha. Lo extraño es que en la misma nota admitió que “Yo soy jubilado retirado y la designación mía es con un contrato de la ley 1420. El Tribunal de Cuentas detectó la anormalidad ya que un contratado no puede ser funcionario”. A todas luces él estaba a tanto de que no correspondía que estuviera al frente del nosocomio.
No queda claro cómo estuvo casi hasta finales de diciembre pasado manejando el hospital, cuándo desde el 1 de junio de 2017 figuraba como director el médico Marcelo Güemes.
“Nunca tuve ninguna relación con el Tribunal de Cuentas, por trascendidos me llevaron a ponerlo al Dr. Güemes en el cargo y preservando mi salud tomé esa decisión”, declaró Haddad. Justamente las primeras señales de la situación irregular habrían provenido del organismo cuya titular es Marita Mac Allister. Es allí donde, según dicen, todavía debe rendir cuentas de su gestión, y cómo hizo el hospital para funcionar un año y medio bajo el mando de un director que no podía serlo.
Entre las críticas que le hacen a Haddad es que habría contratado a sus hijas, profesionales, bajo un régimen de privilegios, que desagradaba al resto del personal que debía cumplir con obligaciones de horarios y guardias.
Ayer hubo una movilización para pedir por la continuidad del director que hace 8 meses no lo es más. El colmo de lo bizarra de la situación es que una de las reclamantes era la propia consorte de Haddad.
El caso ya estaría en Fiscalía de Investigaciones Administrativas, para que indague hasta donde llegó la situación.