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El Papa desplaza a Dolan y nombra a Ronald Hicks como nuevo arzobispo de Nueva York

Un cambio clave en la conducción de la Iglesia en Estados Unidos se produjo este jueves, cuando el Papa aceptó la renuncia del influyente cardenal Timothy Dolan como arzobispo de Nueva York y designó en su lugar al obispo Ronald Hicks, hasta ahora al frente de la diócesis de Joliet, en Illinois. La decisión marca un giro significativo en la orientación del episcopado estadounidense.

Dolan, una de las figuras más poderosas del ala conservadora desde 2009, tuvo un rol central en los últimos cónclaves y fue un férreo opositor de las corrientes más progresistas dentro de la Iglesia. Aunque apoyó inicialmente la elección del papa Francisco, luego se distanció de su línea pastoral. Su salida se produce poco después de que la arquidiócesis aprobara un fondo de 300 millones de dólares para indemnizar a víctimas de abusos sexuales.

Su sucesor, Ronald Hicks, de 58 años, es oriundo de Chicago y amigo personal del actual Pontífice, León XIV. Ambos comparten origen geográfico y un perfil pastoral similar. Hicks trabajó durante cinco años en El Salvador, donde estuvo a cargo de programas de orfanatos, y es identificado con una impronta cercana a la enseñanza social de la Iglesia y al compromiso con los sectores más vulnerables.

El nuevo arzobispo respaldó recientemente un documento de la Conferencia de Obispos de Estados Unidos que condenó las redadas migratorias impulsadas por el gobierno de Donald Trump. En mensajes públicos, Hicks expresó su apoyo a una reforma migratoria profunda y reafirmó la defensa de la dignidad humana como eje central de la acción eclesial.

El nombramiento de Hicks, el más relevante desde la asunción de León XIV el pasado 21 de abril, es leído como el inicio de una nueva etapa para la Iglesia católica en Estados Unidos, con un liderazgo más alineado al rumbo pastoral del actual Papa.