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La pelea que desangra al fútbol argentino: AFA, Estudiantes y el Gobierno llevan su disputa al extremo

El conflicto que envuelve a la AFA, Estudiantes de La Plata y el Gobierno nacional se convirtió en la nueva radiografía del caos estructural del fútbol argentino: una trama de poder, enemistades viejas, avances políticos y disputas que esta vez escalaron hasta un nivel que amenaza con dejar heridos en todos los frentes —incluido el propio deporte.

La chispa final que reactivó la guerra se vio el domingo en Rosario: el pasillo del “Pincha” de espaldas a los jugadores de Central, en protesta por el título otorgado al “Canalla” —un reconocimiento que hasta horas antes nadie sabía que se disputaba—. Pero el episodio fue solo el último movimiento de un conflicto con raíces profundas.

Una rivalidad incubada desde 2019

La tensión entre Claudio “Chiqui” Tapia y Juan Sebastián Verón se remonta a 2019, cuando el entonces presidente de Estudiantes impulsó una reestructuración de la Primera División inspirada en modelos europeos y con la incorporación de capitales privados. La idea chocó contra el rechazo de los dirigentes y cimentó la distancia entre ambos.

La relación continuó deteriorándose y alcanzó un punto de quiebre en 2024, cuando Estudiantes anunció un acuerdo con Foster Gillett, empresario estadounidense interesado en aportar millones al club a cambio de beneficios sobre futuras ventas. Aunque la Asamblea de socios nunca lo aprobó, el proyecto encendió todas las alarmas en la AFA y atrajo a un actor inesperado: el Gobierno de Javier Milei.

El Gobierno entra a la cancha

Sediento de instalar las Sociedades Anónimas Deportivas (SAD) en el fútbol argentino, Milei vio en la movida de Estudiantes una oportunidad. Con el respaldo del entonces embajador Daniel Scioli —quien facilitó el contacto entre Gillett y la institución platense—, el presidente decretó que los clubes podían transformarse en SAD y recibir inversiones extranjeras. Pero la AFA respondió activando el blindaje estatutario y una seguidilla de medidas judiciales que terminaron dejando sin efecto la iniciativa.

Derrotado en ese frente, el Gobierno avanzó en otro: el Decreto 1212, que aumentaba la alícuota de aportes y contribuciones de los clubes del 7,5% al 13,06%, además de sumar un 5,56% adicional durante un año. La medida, impulsada por Federico Sturzenegger, elevaba el costo laboral a niveles imposibles y amenazaba con despidos masivos. Una vez más, la Justicia frenó la iniciativa.

Un conflicto que vuelve a estallar

Aunque Tapia mantuvo contactos con funcionarios cercanos al presidente —entre ellos Karina Milei, para el respaldo al Mundial 2030—, la relación siguió tensa. Y la tensión explotó tras el episodio del domingo entre Estudiantes y Rosario Central por los octavos del Clausura.

Este lunes, con la apertura de un expediente disciplinario contra Estudiantes por incumplir el protocolo de homenaje, Milei decidió meterse de lleno en la disputa. A través de Instagram publicó una camiseta del club y escribió: “Honor a la escuela de Don Osvaldo. Fin.” en referencia a Osvaldo Zubeldía, símbolo histórico del “Pincha”.

Lejos de rebajar el tono, este martes redobló el mensaje en su encuentro con el canciller israelí Gideon Sa’ar: detrás de su sillón lucía otra camiseta de Estudiantes y un cartel con la leyenda “Pincha”. Un gesto político explícito de respaldo a Verón y de confrontación con Tapia.

La respuesta de la AFA: mensajes cruzados y fuego en redes

En la casa madre del fútbol argentino, la estrategia vuelve a concentrarse en comunicados y en la hiperactividad digital de Pablo Toviggino, tesorero de AFA y uno de los hombres más cercanos a Tapia. Desde X, el dirigente lanzó múltiples ataques hacia Verón y también hacia el Gobierno.

Uno de sus mensajes más duros, publicado el 20 de noviembre, apuntó directo al corazón de la disputa:
“No podías quedarte atrás, tenías que ser parte de la campaña mediática de desestabilización y terrorismo contra la AFA. Dale, Miamense, vení a una reunión de Comité Ejecutivo así conocés la dinámica del fútbol argentino, que te hizo ser quien sos. Pecho frío.”

Un fútbol atrapado en batallas ajenas

En el medio de esta pelea de poder —política, personal e institucional—, el fútbol argentino queda nuevamente expuesto a la incertidumbre, la judicialización y las tensiones que se repiten como un guion inevitable. Entre disputas por autoridad, intentos de influencia y ataques cruzados, el deporte vuelve a ser la principal víctima.

Un conflicto sin final anunciado… pero con un desenlace que, otra vez, amenaza con lastimar al fútbol más de lo que ya está herido.