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Karen Reichardt volvió a generar repudio por sus declaraciones discriminatorias

La candidata bonaerense de La Libertad Avanza, Karen Reichardt, volvió a quedar en el centro de la polémica tras calificar al kirchnerismo como “una enfermedad mental”. La ex actriz, conocida por su discurso agresivo y sus comentarios ofensivos en redes, volvió a despertar repudio por sus expresiones estigmatizantes y discriminatorias.

Durante una entrevista radial, Reichardt aseguró que “en octubre hay que ir a buscar al electorado que no fue a votar, el del PRO, porque el otro es de verdad una enfermedad mental”. Y agregó: “Las personas que no tienen capacidad de ver otra mirada. No es que piensan distinto, es un tema cultural, lo tienen adentro”.

Ante el desconcierto de los conductores, la candidata intentó justificar sus dichos, aunque con una explicación confusa: “No dije enfermo mental, dije que es una enfermedad mental. Es una manera de decir cuando tenés un chip en la cabeza difícil de cambiar”. Lejos de retractarse, insistió con el concepto y repitió: “No piensan distinto, lo tienen adentro. Un chip cuando decís ‘se me tara’”.

Las declaraciones de Reichardt generaron críticas por su tono despectivo y por reforzar estereotipos sobre la salud mental, además de sumarse a una extensa lista de expresiones violentas por parte de referentes del oficialismo libertario.

De los escenarios al discurso del odio

Karina Celia Vázquez, conocida popularmente como Karen Reichardt, se incorporó a la política tras la salida de José Luis Espert de La Libertad Avanza. Desde entonces, construyó un perfil marcado por la confrontación y la descalificación, características que la transformaron en una figura controvertida dentro del espacio bonaerense.

En sus redes sociales, especialmente en X (antes Twitter), dejó un historial de mensajes racistas, clasistas y homofóbicos publicados entre 2015 y 2018. “Bloquear a estos negros es un placer”, “Negros grasas” o “Defienden a los negros de mierda” son algunas de las frases que se le atribuyen y que aún circulan en capturas archivadas. Tampoco se privó de insultar a Lionel Messi, a quien llamó “cagón”, “forro” y “puto”, ni de burlarse de usuarios con comentarios racistas bajo el pretexto del “humor negro”.

Ya en 2024, con su militancia libertaria consolidada, escribió un mensaje abiertamente homofóbico: “Tuve mi séquito de gays… conozco sus cabezas, en el fondo te odian si sos linda. Hablo del 80%, hay un 20% que se puede salvar”.

Un discurso que se replica

El caso de Reichardt no es un hecho aislado. Sus expresiones se enmarcan en una lógica discursiva extendida dentro del oficialismo, donde la provocación y la violencia verbal se convirtieron en parte de la estrategia política. Su estilo confrontativo no desentona con el tono que el propio presidente Javier Milei suele emplear contra opositores, sindicatos, movimientos sociales o periodistas.

La reiteración de mensajes discriminatorios por parte de dirigentes libertarios evidencia una creciente normalización de la intolerancia y de la violencia simbólica como práctica política. En ese escenario, Karen Reichardt aparece como un reflejo más de un discurso que, lejos de atenuarse, se expande desde las más altas esferas del poder.