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Aparecieron restos humanos en Coghlan: se confirmó que eran de un adolescente desaparecido en 1984

Una prueba de ADN identificó a Diego, un joven de 16 años que había sido visto por última vez en Belgrano. El hallazgo ocurrió durante una obra en una casa lindera a un terreno en demolición.

Tres meses después del hallazgo de restos óseos en una casa del barrio porteño de Coghlan, una prueba de ADN confirmó que pertenecían a Diego, un adolescente de 16 años que había desaparecido en 1984. La causa, que había comenzado como una “averiguación de delito”, ahora se centra en reconstruir las circunstancias del crimen, ocurrido hace más de 40 años.

Todo comenzó el pasado 20 de mayo, cuando un grupo de albañiles que trabajaba en un terreno de la calle Congreso al 3700, donde se iba a construir un edificio, encontró 150 huesos humanos y objetos personales durante una demolición. Los restos estaban enterrados en el jardín de una casa lindera y quedaron al descubierto tras el desmoronamiento de una pared medianera.

Debido a que en la Ciudad de Buenos Aires está prohibido enterrar cuerpos fuera de los cementerios o espacios autorizados, la causa quedó a cargo del fiscal Martín López Perrando, de la Fiscalía Nacional en lo Criminal y Correccional N°61. Para identificar a la víctima, el fiscal solicitó la intervención del Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF).

Entre los elementos hallados junto al cuerpo había una suela de zapato número 41, un corbatín escolar azul muy desgastado, un reloj Casio con calculadora fabricado en Japón en 1982, una moneda de 5 yenes y un llavero naranja. Los peritos determinaron que los huesos pertenecían a una persona joven, de menos de 30 años y contextura grande, enterrada posiblemente en los años 90.

La noticia cobró notoriedad cuando se supo que en esa casa habían vivido personalidades como la artista Marina Olmi y el músico Gustavo Cerati, aunque ambos no están vinculados al caso. La repercusión mediática ayudó a que un hombre sospechara que los restos podían pertenecer a su tío Diego, desaparecido a los 16 años. Tras contactar a la policía, se realizó una prueba genética a la madre del joven, que resultó positiva.

Quién era Diego y qué se sabe de su desaparición

Diego —cuyo apellido permanece reservado— tenía 16 años cuando desapareció el 26 de julio de 1984. Jugaba al fútbol en el club Excursionistas y asistía a la Escuela Técnica N° 36. Fue visto por última vez esa tarde en la esquina de Naón y Monroe, en Belgrano, vestido con su uniforme escolar.

Esa misma noche, al no regresar, sus padres intentaron denunciar la desaparición en la comisaría 39, pero se negaron a tomarles la denuncia bajo el argumento de que “se había ido con una chica”. A partir de entonces, la familia recurrió a los medios y logró una nota en la revista ¡Esto! del diario Crónica, pero nunca obtuvieron respuestas concretas sobre su paradero.

El análisis forense determinó que Diego recibió una herida mortal con un arma punzante que dejó una marca en su cuarta costilla derecha. Luego, intentaron descuartizar el cuerpo con un serrucho, aunque no lograron concretarlo. Fue enterrado en una fosa poco profunda, de apenas 60 centímetros, lo que indicaría que fue una tarea realizada con apuro y descuido. También se cree que por eso los asesinos dejaron objetos personales junto al cuerpo.

El padre de Diego falleció hace años en un accidente de tránsito, convencido de que su hijo había sido secuestrado por una secta. Su madre recibió la confirmación esta semana.

Una causa prescripta, pero con preguntas sin responder

Aunque el crimen habría prescripto por el paso del tiempo, el fiscal López Perrando continúa investigando el caso. Se prevé que sean citados a declarar los antiguos dueños de la casa donde se hallaron los restos, una anciana y sus dos hijos, de apellido Graf, para determinar si vivían allí en 1984 y si tenían vínculo con la víctima.

El hallazgo reabre una herida que lleva décadas sin cerrarse. Mientras tanto, la familia de Diego podrá finalmente despedirlo, con la certeza de que su identidad fue recuperada, aunque muchas preguntas aún permanecen sin respuesta.