
Grabois detenido tras ocupar el Instituto Juan Domingo Perón: tensión, denuncias y polémica por el cierre de la entidad
Juan Grabois fue detenido este sábado por la tarde por la Policía Federal luego de ocupar, junto a un grupo de militantes, el edificio del Instituto Nacional Juan Domingo Perón, ubicado en Recoleta. La toma ocurrió el mismo día en que vencía el plazo dispuesto por el Ministerio de Capital Humano para desalojar la histórica sede, tras la decisión del Gobierno de Javier Milei de cerrar el organismo por considerarlo innecesario.
Minutos antes de la detención, la ministra Sandra Pettovello publicó un comunicado en sus redes sociales titulado “Usurpación del Instituto Perón”, en el que justificó el accionar oficial y denunció que el ingreso al inmueble fue violento. “Afortunadamente, las medidas de salvaguarda del patrimonio evitaron que se produzca su daño, destrucción o desaparición”, sostuvo el Ministerio, señalando que ya se había inventariado el contenido del Instituto para su posterior envío a la Biblioteca Nacional y al Archivo General de la Nación.
En medio de forcejeos, empujones y el uso de gas pimienta, Grabois fue retirado del edificio cerca de las 17. También fue detenido otro militante, Valentín Peralta Ramos, mientras que dos policías federales resultaron heridos, uno de ellos comisario mayor. Desde la camioneta en la que fue trasladado, Grabois publicó una selfie envuelto en una bandera argentina, con el mensaje: “Meteme preso Milei, pero la bandera argentina no me la sacás”.
Más temprano, el dirigente de Unión por la Patria se había atrincherado junto a los diputados Itai Hagman y Natalia Zaracho. “Hace minutos la juventud del movimiento nacional recuperó del odio gorila la antigua residencia de Perón y Evita”, escribió en X, en alusión al inmueble declarado monumento histórico nacional en 2008, que había sido sede del Instituto Perón desde entonces.
El cierre del Instituto fue anunciado a comienzos de mayo por el vocero presidencial Manuel Adorni, quien argumentó que el organismo era “una carga presupuestaria evitable” con 20 empleados y un gasto superior a los $400 millones anuales, sin producir investigaciones relevantes. El decreto oficial se publicó el 21 de mayo, transfiriendo sus bienes y funciones al Ministerio de Capital Humano.
Tras la toma, fuentes oficiales indicaron que se realizó una denuncia por intrusión y se convocó al 911 para intervenir. Pettovello calificó el episodio como una “usurpación” y ratificó que las medidas preventivas del ministerio lograron evitar daños.
El Partido Justicialista, presidido por Cristina Kirchner, había ofrecido hacerse cargo del mantenimiento del edificio y de todos los objetos y documentos allí conservados, sin aporte del Estado. Paralelamente, Grabois presentó una denuncia penal contra Pettovello y otros funcionarios por daño agravado, destrucción de documentos y abuso de autoridad, en representación de la cooperativa que gestiona el bar “Un café con Perón”, ubicado dentro del predio y también alcanzado por la orden de desalojo.
Desde esa cooperativa, que tenía concesión vigente hasta 2027 otorgada por el gobierno anterior, señalaron que esperaban una resolución judicial y no avalaban la ocupación. “Grabois vino a solidarizarse y, de repente, tomó la decisión de entrar. Nosotros solo queríamos seguir trabajando”, dijo Leonardo Duva, su presidente.
El conflicto en torno al Instituto Perón suma así un nuevo capítulo de alta tensión entre el oficialismo y sectores del peronismo, en un escenario marcado por recortes presupuestarios, disputas por el patrimonio histórico y acciones directas de protesta.