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Juliana Santillán, la diputada que busca privatizar el fútbol argentino y falseó datos sobre la canasta básica

Juliana Santillán, diputada nacional por La Libertad Avanza desde 2023, es una figura polémica que combina títulos académicos inflados, confrontaciones públicas y una ofensiva legislativa para introducir las Sociedades Anónimas Deportivas (SAD) en el fútbol argentino.

Nacida en Mar del Plata como Carla Juliana Santillán Juárez Brahim, comenzó su carrera política como militante de la UCR en 2015. Durante la gestión de María Eugenia Vidal en la Provincia de Buenos Aires, ocupó cargos en el área de Diseño y Gestión en Políticas Públicas, y previamente trabajó en la Oficina para la Reforma Municipal del Senado bonaerense bajo el vicegobernador Daniel Salvador.

Su salto a la visibilidad nacional se dio como panelista en programas de televisión, especialmente en Intratables, donde defendía al gobierno de Mauricio Macri y atacaba al kirchnerismo. En ese contexto conoció a Javier Milei, con quien comenzó a tejer una relación política. “Yo le preguntaba para que él se luciera”, reconoció la propia Santillán sobre sus primeras apariciones junto al actual presidente.

Títulos dudosos y afirmaciones falsas

Durante años, Santillán se presentó como “abogada y doctora en Derecho”, aunque no posee título de abogada. Su única formación universitaria conocida es una “Diplomatura en Economía Austríaca”, un curso de tres meses en ESEADE, la institución fundada por Alberto Benegas Lynch, padre del actual diputado libertario. La diputada llegó incluso a afirmar que estaba cursando un segundo doctorado, aunque también aclaró en sus redes que “odia que le digan Dra, porque atraza (sic)”.

Este tipo de contradicciones son recurrentes en su discurso público. En un reciente cruce con médicas residentes del Hospital Garrahan, Santillán intentó deslegitimar sus reclamos salariales citando supuestos datos del INDEC: “Una familia necesitó $360.000 para cubrir la canasta básica”. Sin embargo, esa cifra es errónea. El último dato oficial —de abril— señala que una familia tipo necesitó $1.110.063 para no caer en la pobreza. Además, el índice de mayo aún no había sido publicado al momento de su declaración.

Operadora de las SAD y el escándalo de la IGJ

Santillán es también la principal impulsora en el Congreso de la llegada de las SAD al fútbol argentino, un objetivo central del presidente Milei. En ese marco, mantuvo reuniones con figuras como Sergio “Kun” Agüero y el inversor Forsther Gillett, junto a su representante en Argentina, Guillermo Tofoni.

A comienzos de 2025, se filtraron audios comprometedores donde Santillán intenta convencer a un dirigente de un pequeño club de Santa Cruz para que se convierta en SAD. “Esto me lo dio Javier para que lo gestione”, decía la diputada, detallando que trabajaba junto a Federico Sturzenegger, Julio Garro, Daniel Scioli y Mariano Cúneo Libarona. Según su relato, habían coordinado una presentación en la IGJ —la Inspección General de Justicia— con el aval previo de ese organismo, lo que implicaría una grave manipulación institucional.

El hecho motivó una denuncia penal del legislador de la Coalición Cívica Facundo del Gaiso, que calificó el episodio como un escándalo que “hubiera sido inadmisible durante el kirchnerismo”. La causa está en manos del juez federal Daniel Rafecas.

Cruce con médicas del Garrahan: cinismo y desinformación

El episodio que expuso el desconocimiento de Santillán sobre la canasta básica ocurrió en TN, donde confrontó al aire con tres médicas residentes del Garrahan. Las profesionales reclamaban un salario digno y explicaban que con $800.000 no alcanzaban a alquilar ni a cubrir necesidades básicas. Sin embargo, la diputada respondió con sarcasmo: “Parecería que tienen lo que necesitan y no están conformes”.

Ya sin las médicas en el estudio, Santillán mostró un mensaje con una placa del INDEC para desacreditar su reclamo, citando cifras falsas y desactualizadas. Más allá del error, la diputada cerró su intervención minimizando el conflicto: “Hay mucha carga política sobre las opiniones de todos”, dijo, en una estrategia habitual de ciertos dirigentes para deslegitimar reclamos sociales.