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Barniz peronizante

El intendente saliente de Santa Rosa, Leandro Altolaguirre, parece querer lavar la imagen que lo llevó a perder la comuna, durante el último mes en el cargo.
El ex ambientalista decidió, finalizando la gestión, firmar un convenio colectivo de trabajo con un sector de los empleados municipales, en este caso los adheridos al SIPOS, que se desempeñan en DAGSA.
Con esta acción pretende borrar cuatro años de gobierno municipal donde la constante fue ir al choque con los municipales, a través de políticas de humillación y denostación. Sirva como ejemplo recordar que Altolaguirre empezó su gobierno echando trabajadores, descalificándolos de distintas maneras y avalando los abusos contra el personal, como los registrados en la subdirección de Espacios Verdes.
El gobierno municipal recibió, en el medio de cuestionamientos de la gestión entrante por comprometer fondos y políticas para el próximo gobierno local, un inesperado espaldarazo desde la subsecretaría de Trabajo provincial, que avaló el acuerdo, bajo el indiscutible argumento que desde el peronismo nunca se puede negar un convenio que vaya en favor de los trabajadores.
Altolaguirre se vio beneficiado de una aparente escaramuza dentro del peronismo santarroseño. Por un lado, desde un sector interno, en este caso personificado en Marcelo Pedehontaá, le mandaron un mensaje demarcatorio de la cancha al futuro lord mayor, Luciano de Nápoli, y por el otro, los próximos jefes de San Martín 50 pecaron de ingenuos ante el poder de fuego de algunos sectores del justicialismo capitalino.
En el medio, el intendente radical-cambiemos, avalado por sectores de la prensa que siempre le fueron fieles, termina sus días como funcionario intentando darse un barniz de peronismo, tratando de borrar años de confrontación con los trabajadores municipales.