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Que la palmera (de Altolaguirre) no te tape el bosque

Detrás de la polémica por la adquisición de 250 palmeras para Santa Rosa, hay quienes sospechan que algo huele mal en la licitación y compra de esas plantas.

Si hay algo de lo que parece gozar la gestión del intendente Leandro Altolaguirre es haber logado el status de que cierta prensa no les haga algunas preguntas, al parecer porque podrían ser consideradas “políticamente incorrectas”.
Por ejemplo, hasta el momento ningún periodista osó preguntarle en alguno de los reportajes que concede acerca de su postura frente a la denuncia por violencia de género que recibiera un integrante de su gabinete, de parte de la ex mujer del funcionario.
Tampoco parece haber sorprendido a nadie algunos de los detalles que trascendieron sobre la polémica compra de las palmeras pindó.
Lo primero que llama la atención es el precio. Según el funcionario con que se charle varía el costo de cada palmera. Por curioso que resulte, todos parecen tener razón, si se tiene en cuenta el precio de cada planta, por un lado, y lo que se pagó por otro. Al parecer la ecuación cierra en que por cada planta se habrían pagado alrededor de 4 mil pesos, de los cuales 2.800 pagaba nación y 1.200 el municipio. De ser así, se fueron alrededor de un millón de pesos en la aventura caribe del intendente.
Más raro todavía es el proceso licitatorio y sus tiempos.
A no tener ninguna duda, la licitación y posterior pago se hicieron en tiempo récord, según lo podría juzgar cualquier proveedor municipal, a excepción del vivero que ganó la compulsa.
De acuerdo al expediente dado a conocer públicamente (3736/2018/1-1) la carátula del llamado a licitación de las palmeras dista del 24 de agosto del corriente año. Según admite el propio municipio, a través de un comunicado de prensa, “se realizó un llamado a licitación cuya apertura se realizó el día 4 de Septiembre de 2018”, o sea una semana después del llamado. Apenas 7 días corridos después, el día 11, se libró la orden de provisión “de 250 palmeras Pindó” que “fueron adquiridas al Vivero El Pepa por un precio unitario de pesos $1.283.33, siendo el total de $320.832”. Más aún, en la orden de provisión de servicios, firmada por dos funcionarios de Compras y Suministros, consta que las plantas fueron recibidas por la municipalidad el 19 de septiembre.
La municipalidad exigía, según consta en el expediente y en la orden de provisión, que las plantas debían tener entre 2,5 y 3,00 metros de alto, que el rango de diámetro del tronco debía ser de entre 15 y 18 cm, y entregados en macetas de 50 litros.
No se especificó si se presentaron otras empresas y cuáles eran las ofertas.
O sea, que el 24 de agosto se llamó a licitación, la misma se hizo el 4 de septiembre y se libró la orden de provisión el 11 de septiembre, y fueron entregadas a la comuna el 19 de septiembre. Para quiénes conocen de los plazos de la administración pública municipal es todo un logro.
Más milagroso parece que en menos de un mes se licite y se reciban 250 plantas con características detalladas. Algunas fuentes vinculadas a viveros consideran que es prácticamente imposible salir a buscar, conseguir y entregar todo eso en menos de un mes…a menos que ya se tuvieran de antemano…o que no se hayan entregado todas las que dice el municipio haber recibido.
Raro es que ninguno de los órganos de contralor, tanto del ejecutivo municipal ni del Concejo Deliberante se hayan percatado de semejante situación.
Finalmente vendría bien tener al menos una foto de las palmeras recibidas, porque según consta en el expediente ya habrían sido entregadas. De las 250 palmeras, supuestamente recibidas por el municipio hace hoy un mes, solamente se habrían plantado 80. ¿Y el resto?.