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Israel lanza un ataque masivo contra Irán y agrava la tensión nuclear en Medio Oriente

Varios civiles murieron en los bombardeos, entre ellos el comandante de la Guardia Revolucionaria. Netanyahu justificó la operación como “preventiva”. Estados Unidos negó participación directa y pidió evitar represalias.

En un hecho de alto impacto geopolítico, Israel lanzó durante la madrugada del viernes una ofensiva militar a gran escala contra Irán. Según informó el Ejército israelí, el objetivo del ataque fue “neutralizar amenazas” vinculadas al programa nuclear iraní. Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) aseguraron haber bombardeado posiciones militares en Teherán y otras ciudades, mientras que medios iraníes denunciaron ataques en zonas residenciales que provocaron la muerte de civiles, incluyendo mujeres y niños.

Entre los muertos, se confirmó el fallecimiento del comandante de la Guardia Revolucionaria, Hossein Salami. El ataque se da en un contexto de creciente tensión regional y fue calificado por el gobierno de Benjamin Netanyahu como un acto de “autodefensa”.

Objetivos nucleares y víctimas civiles

Israel informó que los bombardeos fueron dirigidos a instalaciones estratégicas, incluyendo el complejo nuclear de Natanz, así como otras ubicaciones en Khandab, Khorramabad y la propia capital iraní. Sin embargo, los medios estatales de Irán reportaron impactos en zonas residenciales densamente pobladas. La agencia oficial IRNA denunció la muerte de varios civiles y describió escenas de destrucción en Teherán.

La ofensiva fue bautizada por Israel como “El león que se alza”. En un mensaje televisado, el primer ministro Netanyahu afirmó que se trata de una respuesta a las amenazas persistentes de Irán, al que acusó de planear “decenas de miles de misiles balísticos” con capacidad nuclear. El ministro de Defensa, Israel Katz, advirtió que se espera una represalia iraní en forma de misiles y drones, y decretó el estado de emergencia en todo el país.

Tel Aviv cierra su espacio aéreo

Como parte de las medidas preventivas, el gobierno israelí suspendió todos los vuelos en su territorio y solicitó a los pasajeros no dirigirse al aeropuerto Ben Gurión. La decisión busca minimizar riesgos ante un eventual contraataque de Irán.

Estados Unidos se desliga del ataque

Pese a la cercanía estratégica entre Washington y Tel Aviv, el gobierno de Estados Unidos se desligó del operativo militar. El jefe de la diplomacia norteamericana, Marco Rubio, afirmó que Israel actuó de forma unilateral y subrayó que su país no participa de la ofensiva. El expresidente Donald Trump, en tanto, había sugerido horas antes que un ataque israelí podía producirse, aunque dijo no considerarlo inminente.

Trump, que busca regresar a la Casa Blanca este año, reiteró que preferiría evitar un conflicto directo, pero advirtió que Irán debe “hacer concesiones” en las negociaciones nucleares si quiere evitar nuevas sanciones o acciones militares.

Teherán se endurece: más uranio y amenazas

La respuesta iraní no tardó en llegar. Poco después de los bombardeos, la Cancillería iraní anunció la activación de un nuevo centro de enriquecimiento de uranio en una ubicación secreta y el reemplazo de las centrifugadoras actuales por una nueva generación capaz de aumentar drásticamente la producción. Las autoridades de Teherán ratificaron que su programa tiene fines pacíficos, pero advirtieron que el enriquecimiento “no es negociable”.

La escalada se produce en medio de las negociaciones que Irán mantiene con Estados Unidos para intentar reactivar el acuerdo nuclear de 2015, abandonado por Trump en 2018. La sexta ronda de conversaciones, prevista para el domingo en Omán, quedó en duda tras la ofensiva israelí.

Riesgo regional y condena internacional

La comunidad internacional observa con preocupación este nuevo capítulo de tensión en Medio Oriente. El Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) había emitido esta semana una resolución condenando a Irán por incumplimientos en su programa nuclear. Teherán rechazó el informe y lo atribuyó a presiones de Israel.

A medida que crece el riesgo de una guerra abierta en la región, Estados Unidos comenzó a retirar parte de su personal diplomático en Medio Oriente y alertó sobre posibles ataques a sus bases si la tensión escala aún más.