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Nodio, el observatorio que causó urticaria en la oposición

El anuncio de la creación del Observatorio de la Desinformación y la Violencia Simbólica en Medios y Plataformas Digitales (Nodio), generó una polémica inesperada y la condena de los medios hegemónicos y sus operadores.

La iniciativa de la Defensoría del Público, órgano creado a partir de la Ley de comunicación audiovisual, fue anunciada apenas dos días antes de la marcha del 12/10 y obtuvo el automático rechazo de varios de los manifestantes anticuarentena.

El secretario general de la Defensoría, Pascual Calicchio, detalló que las funciones de esa área son “promover la libertad de expresión y la democratización de las comunicaciones, así que de ninguna manera tendríamos o construiríamos una herramienta que busque coartar la libertad de nadie”. La aseveración del funcionario no es casual, la primera interpretación que realizaron las usinas opositoras sobre el Observatorio fue que sería un intento de coartar la libertad de expresión.

 “Nuestro organismo no tiene ninguna capacidad sancionatoria, nosotros no podríamos multar, no podemos meter preso a nadie. Lo que hacemos nosotros es una tarea de investigación, de relevamiento de datos, de elaboración de informes que después pueden ser utilizados por la prensa, que pueden ser utilizados por la academia y, dentro de nuestras líneas de investigación y de trabajo”, agregó, en diálogo con el programa La Campana, de Radio Noticias.

A modo de antecedentes que permitieron interpretar la creación del observatorio, comentó que estaban trabajando “el tema de género, de niños, de niñez e infancias, de adultos mayores y otros temas que se vienen abordando, notamos en esta charla una preocupación por el aumento de la violencia en muchos mensajes mediáticos y en las redes sociales. Además de un proceso que se viene dando a nivel internacional, que es el de desinformación y las noticias falsas. En ese sentido propusimos una línea de trabajo nueva, que era la del Nodio.

¿A que apunta la creación de Nodio?

Lo pensamos con articulación con otra gente que viene trabajando el tema, con distintas organizaciones de la sociedad civil, porque es un tema que no lo podemos abordar nosotros, sino que requiere de múltiples abordajes y miradas.

 

Calicchio aseguró que desde este observatorio “no vamos a hablar de casos concretos, ni a perseguir a ningún periodista, cada uno puede opinar de la manera que le guste, nosotros vamos a ver cuándo ya no es una opinión, ya no es un comentario, sino cómo funcionan cuando hay una operación detrás de todo eso, cuando hay plata puesta detrás de eso, cuando hay sitios falsos para generar desprestigio para alguna persona detrás de eso”.

Aseguró más adelante que intentarán detectar como se mueven las estructuras “cuando ya no es una persona sino cuando hay todo un dispositivo dispuesto a generar noticias falsas, que por ejemplo son utilizadas para influenciar elecciones, como pasó con el Brexit en Inglaterra y como pasó con Cambridge Analítica en Estados Unidos. Ahí ya hay operaciones de desinformación, no es una persona que emitió su opinión libremente nos guste o no nos guste; sino un proceso, una campaña para modificar el debate democrático, para incidir en un sector de la sociedad, para hacer caer a un gobierno, para cambiarle el rumbo a una elección, para el objetivo que tenga la persona que quiera hacer esa campaña”.

¿Estos informes serían de acceso público?

Todo lo que hacemos es público y son insumos para que puedan hacer una política pública, si el Congreso lo necesita, hasta hacer una nota en un periódico o un trabajo académico. La idea es poner información a disposición de esos sectores para que ello se pueda hacer como un insumo, en la medida de las posibilidades que tengamos nosotros que somos un equipo chico de gente, y con nuestros recursos, poder pensar esos fenómenos, pensar y analizar esas cuestiones.

La defensoría lo viene haciendo, analiza informativos para ver cuáles son las noticias que más aparecen en un informativo, cuántas noticias sobre derechos humanos, por ejemplo. Eso es un estudio, se analiza cuantas mujeres aparecen o conducen en los informativos, etc.

¿Se puede detectar todo este tipo de negocios que se hace con la opinión pública y la influencia mediante las redes sociales con noticias falsas?

Nosotros lo que hacemos son análisis sociosemióticos, hacemos estudios de un determinado material y tratamos de sacar conclusiones de eso. Hay otras herramientas y otras organizaciones que pueden hacer un estudio más técnico de los que es todo eso, que no es algo que nos corresponda a nosotros, pero si se puede analizar.

Usted plantea que son pocos y con no tantos recursos, pero se les ha llegado a presentar como “el Ministerio de la verdad”, un organismo de represión de la novela de George Orwell “1984”.

El fin de semana escuché cosas insólitas, hablaban de cosas que podríamos hacer nosotros y que no estaríamos al alcance de hacer nada de eso. No tendríamos capacidad de hacer censuras previas, porque eso llevaría un nivel de investigación o de inteligencia previa que nosotros, ni estamos de acuerdo con hacer, ni tendríamos capacidad tecnológica para hacerlo. Incluso hubo algunos que han planteado derogar Nodio como si esto fuera un organismo, no hay nada para derogar porque no existe una resolución, es un plan de investigación que tenemos y se van a llevar una decepción. Incluso el Ministerio de la Verdad tenía un edificio monstruoso, tenía equipamiento, inventaba guerras, tenía otras condiciones tecnológicas, a pesar de que fue hace mucho tiempo. También nos acusaron de ser la Gestapo, creo que hay una banalización del mal ahí, porque creo que la Gestapo era un organismo que estaba puesto al servicio de un proyecto de exterminio, tenía gente que iba y mataba, que marcaba gente, una serie de cosas que están lejos abismalmente de nuestras intenciones.

¿Y sobre las recomendaciones que dan en algunos medios, por ejemplo consumo de dióxido de cloro, que no estaba recomendado por los médicos?.

Ahí hay una violación de la Ley. Recibimos alrededor de cuarenta denuncias en el caso de Viviana Canosa y eso queda en el listado, cuando se hace una denuncia en la Defensoría, lo analizan por un lado los abogados y por el otro lado la dirección de investigación, se hace un análisis socio simétrico de eso y los abogados determinan si es una violación a la Ley o no.

Como sabemos, nos puede gustar o no algo que vemos en la tele o la radio, pero eso no es ilegal. En el caso ese es ilegal, está prohibido por la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual hacer difusión de algo como un medicamento beneficioso cuando no lo es. En ese caso si se hizo una actuación.

Preocupa el hecho de que esté tan a la vista como estas organizaciones pueden y realizan acciones capaces de hasta atacar a un gobierno democrático.

Si, de eso se trata de estar atento a estas maniobras, no ante la opinión de alguien que no está de acuerdo con el gobierno, que es lo que intentan mostrar, sino de maniobras que intentan socavar la democracia.

¿Y sobre las recomendaciones que dan en algunos medios, por ejemplo consumo de dióxido de cloro, que no estaba recomendado por los médicos?.

Ahí hay una violación de la Ley. Recibimos alrededor de cuarenta denuncias en el caso de Viviana Canosa y eso queda en el listado, cuando se hace una denuncia en la Defensoría, lo analizan por un lado los abogados y por el otro lado la dirección de investigación, se hace un análisis socio simétrico de eso y los abogados determinan si es una violación a la Ley o no.

Como sabemos, nos puede gustar o no algo que vemos en la tele o la radio, pero eso no es ilegal. En el caso ese es ilegal, está prohibido por la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual hacer difusión de algo como un medicamento beneficioso cuando no lo es. En ese caso si se hizo una actuación.