Como te digo una cosa….
El Concejo Deliberante santarroseño sentó esta mañana un interesante precedente al derogar una Ordenanza que el propio cuerpo había aprobado hace menos de un mes. Varios ediles levantaron la mano habilitando que se pudieran poner antenas de telefonía en espacios públicos, y esta mañana votaron en contra de sus propios pasos.
El “recalculando” de los ediles se produjo luego de una intensa polémica generada en torno al tema, que el ejecutivo municipal logró aprobar en un trámite express, donde quedó claro que se politizó un tema netamente económico.
De seguir vigente la Ordenanza anterior, se habrían visto beneficiadas las empresas de telefonía habilitadas para brindar telefonía 4G (en este caso Telecom). Mientras que otras, como la Cooperativa Popular de Electricidad, habrían quedado en desventaja, por no tener aún dicha autorización.
No casualmente el principal foco de presión para lograr la derogación vino de la CPE. Tampoco fue casual que en la primera fila del espacio para el público estuvieran sentados, supervisando la sesión, el presidente de la entidad solidaria y el jefe político de la misma, Alfredo Carrascal y Oscar Nocetti, respectivamente.
Como curiosidad se puede decir que algunos concejales que hoy votaron la derogación no cambiaron su voto: Jorge Rodríguez (PJ) y Claudia Giorgis (Cambiemos), estuvieron ausentes en la sesión anterior, mientras que Miguel Bravo (Cambiemos) había votado en contra de la Ordenanza derogada. Jorge Domínguez y Celia Ibarguren (Cambiemos) se mantuvieron firmes defendiendo la primera norma votada. El resto de los concejales cambió su voto.
Mientras tanto se puede avecinar una nueva polémica, puesto que la CPE nunca se opuso a la instalación propiamente dicha, mientras que hay movimientos sociales que quieren preservar los espacios públicos y que no se erijan torres.
La pelota está ahora en terreno del intendente Leandro Altolaguirre, que deberá vetar o promulgar lo resuelto en el CD. En caso de veto, deberá volver al CD y probarse con los 2/3 del cuerpo. Aunque con la volatilidad demostrada, nadie puede dar nada por seguro.