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No era caca, el Municipio desperdiciaba agua potable

Mediante un increíble comunicado de prensa la Municipalidad de Santa Rosa, a cargo de Leandro Altolaguirre, explicó que el pasado 14 de junio a la noche, sus inspectores de tránsito fueron obligado a realizar un operativo de tránsito chapoteando en agua potable y no en desbordes cloacales. Supuestamente de esta manera atenuarían la responsabilidad que les cabe, de hacer trabajar a sus empleados en forma nada saludable. No aclararon los motivos por los que hicieron ese operativo en la puerta misma de un vecino que utilizó la banca de los ciudadanos en el Concejo Deliberante, para quejarse por los desbordes de líquidos que sufre la zona, sumándose a los de toda la ciudad.
Diario La Campana y La Arena dieron a conocer que en la fría noche del 14 de junio pasado se armó un operativo de tránsito en la esquina de Congreso y Allan Kardec, en el cual los agentes de tránsito debieron pararse arriba de líquidos que corrían por la calzada, aparentemente provenientes de los desbordes cloacales que se registran en la zona. Este sábado, desde la comuna aseguraron que recién ahora recorrieron esa barriada y que “se constató que no existe ningún desborde cloacal”, intentando atenuar la situación irregular aseguran que el líquido sobre el que realizaron el operativo de tránsito.
El colmo fue que reconocieron que en esa calle “los líquidos que se observan en la calle, tienen que ver con agua de red proveniente de una pérdida ubicada en la vereda frente al domicilio de calle Pasaje Florida N° 1175; precisamente a la vuelta de las calles Congreso y Allan Kardec. Para resolver ese inconveniente, su reparación se programó para realizarse este sábado”.
O sea, no eran heces, sino preciada agua potable la que desperdiciaban en esa barriada y les tomó solamente ocho días en ir a ver de dónde salían los líquidos.
El comunicado también se refirió “al bache que está en Allan Kardec y Paul Harris, se debe a una reparación en la cañería maestra de la red de agua, que luego de culminada se tapó con suelo y tosca, no presentando ningún tipo de peligro para los automovilistas”. Lo que no explicaron las autoridades es que en esa esquina, donde vive el titular de DAGSA, Marcelo Luis Furch, desde hace varios meses los automovilistas deben esquivar el pozo de la obra en la que dan pie con bola para encontrarle una solución definitiva. El mismo Furch podría decirlo.