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Guay-Fay (visto y oído en las redes)

Mientras el intendente Leandro Altolaguirre (Cambiemos) hace una profesión de fe hacia sus socios del PRO, no deja de recibir cuestionamientos del seno propio de su gestión y su partido.
El negocio que implica la reapertura de la confitería La Recova embadurna y atraviesa a sus colaboradores, díganse funcionarios o concejales del oficialismo.
El comercio gastronómico de la tradicional esquina ya le costó un concejal, Miguel Bravo que hizo bloque propio, y la de Griselda Vicens, la directora de Comercio.
El tema parece no tener fin. A las dificultades administrativas que está encontrando, puesto que más de uno de sus colaboradores se niega a firmar el expediente de reapertura, ahora sobrevuela el fantasma de la renuncia del funcionario considerado por propios y extraños como el más eficiente del gobierno municipal: Luis Evangelista.
Ante la consulta periodística sobre una eventual dimisión de Evangelista, vinculada a este tema, el lord mayor santarroseño optó por una descalificadora respuesta: “no va a ser el primero que se va”.
Evangelista tiene aceitados contactos y no niega su cercanía con el ex intendente radical Francisco Torroba, rival interno declarado para Altolaguirre y los suyos.
El ex secretario de gobierno torrobista, Pedro Salas, no dudó en cuestionar las palabras de Altolaguirre para con Evangelista, y comentó en su cuenta de Facebook: “La forma en que el Intendente desvaloriza la tarea cumplida por su Secretario de Hacienda es insultante y a la vez temeraria, si se considera el futuro financiero municipal en medio del ajuste que se viene”.