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La foto no pasó desapercibida para muchos. Justo en a misma semana que Diario La Campana (único medio en publicar) diera a conocer la identidad de las y los gremialistas que aprovecharon sus cargos para conchabar a sus hijos en el Ministerio de Salud provincial, dos de ellas se hicieron ver en el genuino reclamo por la regularización de sus situación laboral de integrantes del programa Médicos Comunitarios.
Escondidas detrás del justo reclamo, se pudo ver a Mirta Viola y a Liliana Rechimont, la primera del SITRASAP y la segunda de ATE. Entre las dos lograron ubicar laboralmente a tres de sus hijos en distintas áreas del hospital Lucio Molas y el centro de salud del Barrio Aeropuerto. Ambas aprovecharon las reuniones de paritarias, donde deben defender salarios y condiciones laborales de los estatales, para beneficio familiar.
El reclamo de profesionales y no profesionales del programa Médicos Comunitarios es plenamente justificado, puesto que trabajan en distintas dependencias Salud Pública desde hace varios años, cumpliendo horarios y funciones, pero en lo formal perteneciendo a un programa de capacitación y careciendo de los derechos básicos y beneficios de los que goza un trabajador estatal, a diferencia de los hijos de Viola y Rechimont.

En la foto se las puede ver a Liliana Rechimont (ATE) de pie, sonriendo y con un vestido celeste, a la derecha de la imagen. Mirta Viola (SITRASAP) es la mujer que está sentada en el medio, con dos trabajadoras de cada lado.

Ninguno de los presentes les consultó o sugirió a las dirigentes gremiales que aconsejaran la forma rápida de regularizar la situación laboral, tal vez aplicando la receta que ellas utilizaron para sus vástagos, a las atribuladas trabajadoras. Incluso Viola logró ubicar en una subsecretaría a su cónyuge.

 

Foto: gentileza Plan B Noticias