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Reforma Previsional: una semana de ausencias, cachetazos y espejitos en La Pampa

La sesión del 29 de noviembre pasado en el Senado de la Nación va a resultar difícil de olvidar para gran parte de la sociedad argentina, pero sobre todo para los senadores pampeanos.

A una semana de la controvertida sesión que, entre otras cosas le cambia –para menos- la ecuación en el cálculo para aumentos y eleva la edad jubilatoria,  los tres representantes de La Pampa en la Cámara Alta optaron por distintas estrategias para  sobrellevar el trámite y sus repercusiones.

Los tres legisladores, Daniel Lovera, Norma Durango y Juan Carlos Marino, los dos primeros del PJ y el tercero de Cambiemos-UCR, votaron en general positivamente, oponiéndose luego los justicialistas a algunos de los puntos. Vale la pena recordar que la votación en forma positiva al proyecto “en general”, habilita al tratamiento de los puntos que lo componen “en particular”.

El justicialista Daniel Lovera opto por emitir un comunicado de prensa, explicando que fue lo que votaron junto a Norma Durango y a qué puntos se opusieron. En el escrito se explicaba que este voto era para “avanzar en un ambiente de diálogo federal, acompañar el esfuerzo por bajar la presión tributaria, y lograr con ello, mayor competitividad en la producción y la generación de más y mejores empleos. De empleos dignos”. Luego de esto, el gremialista-senador se llamó a silencio y hasta el momento no respondió a ninguna requisitoria mediática.

Su compañera de bancada, Norma Durango, apostó por justificar su voto a través de las redes sociales. Seguramente nunca imaginó la avalancha de mensajes condenatorios, hacia ella y Lovera, que cosecharía en su cuenta de Facebook. Incluso cuando posteó sobre otros temas, como por ejemplo por el Día del Médico, continúa recibiendo reproches en los comentarios.

A esto se le suma “la manito” que les brindó el presidente del PJ provincial, Rubén Marín, que no hizo distingos entre Lovera y Durango, de su propia tropa, para manifestar que él no hubiese votado esta Ley.

Mención especial merece el ex intendente de Miguel Riglos, Juan Carlos Marino, que ni se dio por enterado del masivo rechazo popular y decidió comunicar a través de cuanto medio lo publique que el 1 de diciembre seguía “en contacto con los Centros de Jubilados que participaron de Senadores por un día y con la sociedad en general”. El colmo del texto que acompañaba a una serie de fotos asegura que “de estas charlas es de donde han surgido las casi 1200 propuestas que tenemos presentadas en el Congreso”. Obvio que no resulta creíble que en alguna de esas charlas los jubilados le hayan planteado que querían menos porcentaje de aumentos y que el resto de los trabajares tengan que estar en actividad laboral 5 años más para poder jubilarse.

Al igual que los antiguos conquistadores, que cambiaban joyas por espejitos de colores, Marino dice en su cuenta de Facebook que a los jubilados “les entregamos las fotos y videos de su experiencia en el Congreso”. No faltó el ácido observador que opinó que hubiera sido más práctico entregarle a los adultos mayores una minuta de lo que había votado hacía menos de una semana.

Ironías de la web, la foto de perfil de Marino lo muestra, sonriente, al lado de un jubilado.