Diario la Campana

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La gente es mala y comenta…

Y parece que ganó el amor, nomás.

El funcionario –segunda línea ministerial- del gobierno provincial que en la madrugada del lunes arrancara quemando las gomas de su auto de la esquina de Lisandro de La Torre y Gil, luego de discutir con su pareja, parece que logró pasar airoso el trance.

Circunstanciales testigos no salían del asombro que les provocó, en las primeras horas de lunes pasado, ver la discusión de una pareja en la céntrica esquina. Los protagonistas eran un funcionario provincial y su novia –también hija de su jefe- que apremiados por alguna circunstancia decidieron zanjar sus diferencias sobre algún tema, a los gritos en pleno centro santarroseño. La discusión había terminado cuando el hombre convenció de subir a su automóvil a la enojada joven, rubia y abogada novia suya, arrancando el auto a una velocidad que puso en peligro la seguridad ciudadana de quién acertara pasar por esa esquina. Tan fuerte arrancó con su vehículo que la puerta del acompañante, donde estaba sentada ella, se cerró con el impulso de la velocidad que levantó el oscuro rodado.

Cuentan testigos confiables que la pareja fue vista nuevamente, ayer por la tarde, caminando muy orondos y con aires de reconciliación. Los tórtolos iban tomados de la mano.

Dicen que fue la avenida Belgrano el lugar elegido por los enamorados para pasear su amor y demostrar que lo de la madrugada del lunes solamente fue una pelea pasajera.

Para más detalles, aseguran que ella llevaba al diminuto perro que acostumbran pasear, y que él llevaba en una de sus manos –con la otra iba fundido a su novia- una bolsita de compras.

Eso sí, lectores de Diario La Campana juraron que el vehículo oscuro, con un rombo como insignia, que seguramente tiene sus cubiertas con una parte quemada, no es un automóvil oficial, sino el particular del funcionario. Obvio que ello no lo libera de la responsabilidad  acerca de su peligrosa maniobra.

Más allá de esto, todo habría vuelto a la normalidad.

Quiénes vieron caminar a la pareja no pudieron evitar pensar: ¡¡¡Qué viva el amor!!!.