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Es la política…

El radicalismo entró hace rato en una vorágine que por estos días sale a la luz, y no de la mejor manera.

Los cambios en la política argentina llevaron al partido fundado por Leandro Alem a tejer una serie de alianzas electorales que, lejos de imponer sus postulados ideológicos y asentarse en lugares de poder, lo llevaron a enredarse en la maraña de esos efímeros acuerdos, con un resultado siempre adverso a sus intereses.

En La Pampa la vida partidaria ha ido a la saga de lo que le ocurre en todo el país, llegando por estos días a mostrar su costado más conflictivo.

A nivel provincial, los referentes partidarios quedaron, a la muerte del diputado José Luis Vendramini, con un legislador provincial menos. Justo en un momento clave, como es la elección de los funcionarios del Tribunal de Cuentas.

El pasado 2 de marzo, el sitio web de El Diario de La Pampa destacaba que  “El gobernador Carlos Verna anticipó que la oposición elegirá, de la terna elevada por el Consejo de la Magistratura, el presidente del Tribunal de Cuentas.

Anticipó que una vez elegidos los dos integrantes del STJ, “habremos de comunicar al Consejo de la Magistratura que será necesario concursar los cargos de presidente y vocales del Tribunal de Cuentas”.

Luego, “con la ternas elegidas por dicho cuerpo elevadas a nuestra consideración, pondremos a disposición de los bloques de la oposición, para que sean ellos quienes hagan la elección del presidente del Tribunal de Cuentas de la provincia de La Pampa”.

Al parecer la dirigencia radical vernácula o no leyó con detenimiento lo que les dijo el gobernador, o no creyeron que se cumpliera el anuncio en tan poco tiempo y de la forma que se hizo.

Apenas conocidas las ternas que resultaron pasaron el filtro del Consejo de la Magistratura, Verna designó –sujeto a aprobación legislativa- al abogado que ocuparía la vocalía vacante. El detalle es que entre los nombres de los tres contadores que fueron enviados, para que los legisladores opositores definan cuál será presidente del TdC, no hay ningún radical. Dato no menor en esta miniserie es que el apellido más relacionado con fuerzas opositoras es el de la contadora Maria Mac Allister, hermana del principal referente macrista en La Pampa, hasta hace menos de un año aliado por decisión de la Convención Provincial de la UCR, y hoy casi más rechazado que a los peronistas en las huestes del centenario partido.

Esta situación llevó hasta la fractura del bloque Frepam, en cuanto a votos se refiere, puesto que los diputados Martín Berhongaray y Luis Solanas directamente no votarán. El pretexto es que esperaban que Verna obviara el paso por el Consejo de la Magistratura y los hubiera dejado que eligieran directamente a un afiliado, a pesar de que el mandatario ya había anunciado el sistema que aplicaría.

Tal vez peor sea la explicación que esbozó el presidente del bloque, Ricardo Consiglio, que sin empacho alguno admitió que “elegimos al menos malo, porque Verna nos entrampó”.

Es probable que en su “sincericidio” Consiglio tenga razón. Lo que parece no tener en cuenta es que todo esto es parte de la política, de la vocación de poder y de la habilidad para manejarlo.