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Condenan a una madre por lesiones graves contra su hijo

Una madre fue condenada hoy a un año de prisión en suspenso, por ser autora del delito de lesiones graves culposas en perjuicio de su hijo de un año y nueve meses. La sentencia fue dictada por la jueza de audiencia santarroseña, Alejandra Flavia Ongaro, en el marco de un juicio abreviado.
La magistrada, con las pruebas reunidas durante la investigación fiscal preparatoria, dio por probado que el 28 de abril de 2016, la imputada –una trabajadora doméstica de 20 años– “agredió físicamente a su hijo, provocándole lesiones de carácter graves en función de lo constatado” por una médica.
El abreviado fue acordado entre el fiscal de General Acha, Juan Bautista Méndez, el defensor oficial Kevin Christensen y la propia acusada, quien admitió la autoría del hecho. Además las partes convinieron que, durante dos años, cumpla las siguientes pautas de conducta: fijar residencia, someterse al cuidado del Ente de Políticas Socializadoras, y realizar un tratamiento médico o psicológico. El padre del menor, al ser notificado, también brindó su consentimiento. Lo mismo ocurrió con la Asesoría de Menores, que se remitió a la opinión del progenitor.
“Analizada la prueba reunida y valorada conforme las reglas de la sana crítica, tengo la certeza de la existencia del hecho investigado –que fuera puntualmente fijado en el acuerdo–, como así que la acusada resultó ser la autora material, sin perjuicio de la aceptación de la autoría por parte de ella”, indicó Ongaro en el fallo.
La jueza acreditó que la madre, en el interior de la casa donde vivía –una pareja la había alojado–, “y en momentos en que maniobraba a su hijo, a quien tenía sobre sus piernas, lo tomó fuertemente del brazo derecho, y ante el llanto del pequeño la propia imputada se presentó en el centro de salud de la localidad a fin de requerir asistencia médica “.
Allí fue visto por una pediatra que, luego, formuló la denuncia. La profesional constató que el niño había sufrido “una fractura del húmero derecho”, lesión que por su entidad, naturaleza y secuelas fue calificada como grave.
“La conducta desplegada por la imputada sobre el cuerpo de su hijo reveló –según la prueba testimonial producida, concretamente el relato de uno de los habitantes de la casa–, un obrar imprudente en su rol de madre, que las reglas de la prudencia le indicaban no realizar. Ello revela también que hubo de parte de la madre un accionar violatorio al deber de cuidado que le era legalmente exigible, atento el vínculo parental con la víctima”, concluyó Ongaro.