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Crónicas de Costa Pobre: borrando con el codo o la boca del pez

Ayer se cumplieron cinco meses de la asunción del ingeniero Pablo de Dios Herrero como titular de la Secretaría de Obras Públicas de Santa Rosa. Aunque resulte extraño, cuando pasaron apenas cinco meses de asumido, se tomó la misma cantidad de días de vacaciones que un empleado con más de 10 años de antigüedad.

“Nadie quiere agarrar la pala y hay muchos trabajos que se hacen con pala y no con máquinas” había dicho a los medios de comunicación, apenas le tomara juramento el intendente Leandro Altolaguirre. En el mismo contacto había pedido a los empleados municipales “un poco más de dedicación, esfuerzo y compromiso”, recordando que “su sueldo está pagado por los vecinos”. Al mismo tiempo que pedía más dedicación de los empleados, juraba que “de los funcionarios me consta el compromiso con la gestión”.

Prometió que de ahora en más “va a cambiar” la respuesta al vecino que quiere una solución a los problemas de cloacas y desagües entre otras problemáticas urbanas.

Apenas asumido, prometió  que “Se va a acelerar la respuesta (a los reclamos de los vecinos). Se va a hacer un seguimiento del reclamo, desde que llega hasta que se le dé la respuesta”.  Prometiendo un sistema organizativo por demás extraño había detallado que “los reclamos me van a llegar directamente, en el momento que se producen, y yo voy a decidir el orden de prioridad de atención del reclamo”. Casualmente ayer el tema de los reclamos terminó siendo caótico: hasta el mediodía había tres números para reclamos y pasada esa hora la comuna dio de baja abruptamente a los dos que funcionaban en DAGSA, mezclando el conflicto gremial con el cierre de dos vías de comunicación para los atribulados vecinos, que veían como se les mezclaba la problemática de las pérdidas de agua de la red, con los desbordes cloacales, pavimentos destrozados y calles anegadas por la lluvia. Además quedó flotando –en un mar de aguas fétidas cloacales- la duda sobre si ayer le pasaban los detalles de los reclamos a algún país del viejo continente, para que priorizara a cuál ir primero.

Al final de la nota que había concedido, hace cinco meses, a  la emisora Radionoticias, agradeció que los periodistas le advirtieran que le iban “a contar las costillas”.

Con el claro afán de contarle las costillas, hoy se puede observar que cuando apenas pasaron 150 días de su asunción, y en coincidencia con el Día del Empleado Municipal, esta mañana había trabajadores de la comuna, pala en mano, arreglando la intersección de Juan B. Justo y General Pico, mientras la máxima autoridad de Obras Públicas municipal tomaba sol en alguna playa del Mar Mediterráneo, en una clara demostración de las prioridades y la dedicación de unos y otros. Por si hace falta aclarar, y recordando las palabras de funcionario, tanto a los empleados, como a él mismo, les pagan sus sueldos los vecinos de Santa Rosa.