El Municipio confirmó quema de donaciones y aumentó las dudas
El Municipio santarroseño, que conduce Leandro Altolaguirre, confirmó que se realizó una quema de donaciones de santarroseños para familias inundadas. Lo hizo a través de un comunicado de prensa que, lejos de aclarar, deja una serie de dudas.
Según el parte de prensa, los artículos incinerados tenían un “estado de deterioro impedía su utilización para asistir a dichas familias”. También aseguran, a modo de ejemplo, que había “450 zapatillas, botas, zapatos, etc, sin su par correspondiente”, poniendo al gesto solidario de los santarroseños bajo sospecha de haber entregado tanta cantidad de donaciones en mal estado.
Más adelante también confirmaron la quema de alimentos, ”bebidas y elementos de higiene personal, que habían agotado su fecha de caducidad o productos frescos no debidamente conservados, los cuales también deberán ser desnaturalizados mediante su quema”. Lo extraño es que, a casi tres meses de las inundaciones conservaran las verduras que quemaron esta mañana.
Para “suerte” de los funcionarios de la gestión de Cambiemos, el fuego borró toda evidencia que pudiera aclarar la situación, que al no ser informada en tiempo y forma despierta una serie de sospechas sobre las verdaderas causas.
En principio hay un claro accionar autoritario, puesto que el Municipio pretende que las donaciones no son de los afectados por las inundaciones, sino de algún funcionario que tuvo la idea de la quema. De tener conciencia de la pertenencia del fruto de las donaciones a sus legítimos destinatarios, se habría hecho un correcto balance e informado sobre el destino que se le daría.
El haber obviado este trámite puede poner bajo la duda de que, por ejemplo, los alimentos quemados pueden haber sido adquiridos en mal estado por la gestión comunal o, en el caso de las verduras, dejado poner en mal estado por alguna extraña razón.
Lo cierto es que de no haber tomado trascendencia pública a través de unos pocos medios, tal el caso de Diario La Campana, los santarroseños nunca se hubieran dado por enterados del ígneo destino que tuvo el fruto de su solidaridad.