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Emilio Pérsico: “Queremos pasar Navidad con un pan en la mesa”

La entrevista tuvo lugar en la oficina de una cooperativa que integra el Movimiento Evita, en Constitución.

-¿Cómo explica la velocidad con la que los movimientos sociales se transformaron casi en una pata más de la CGT?

-No somos una pata. Nosotros -la CTEP- tenemos una aspiración a largo plazo: ser un sindicato conducido por la CGT nos llenaría de orgullo. Ya tenemos personería social.

-¿Y qué falta para ser sindicato?

-Nuestro abogado Juan Grabois escribió un artículo, que se publicará en La Ley, explicando que la personería gremial y esta personería social habilitan prácticamente para lo mismo. Triaca firmó la creación del registro de esta personería social y está de acuerdo en este planteo.

-Suponga que Triaca le diga: “Te di personería y estaría a favor de que se transformen en un sindicato y tengan una obra social para 40.000 afiliados. ¿Por qué nos hacen la marcha con todo lo que les facilitamos?”

-No es un problema de Triaca ni mío, sino de este modelo económico. En los barrios populares desaparecieron changas, tuvimos que poner tres turnos de comedor. La situación está muy difícil. El Gobierno piensa que dándoles oportunidades de negocios a los de arriba vendrán inversiones, y eso es mentira. Mi abuelo heladero me decía que el cucurucho debía valer lo máximo que se pudiera cobrar.

-¿Cómo es eso?

-Quería maximizar ganancias. Es lo que hacen los empresarios y después se la llevan al exterior. El mundo cambió, mirá cómo Europa y Estados Unidos se vuelven proteccionistas. Macri es un liberal tardío. Insiste en ir para un lado donde la única luz al final del túnel será un tren de frente.

-¿Por qué recién ahora se puede hablar de pobreza?

-De pobreza se puede hablar siempre, pero ahora se está agudizando esta situación.

-¿Pero por qué no lo hacían con tanta potencia antes o se quejaban cuando Kicillof decía que contar era estigmatizar?

-Hay que contarlos, pero no limitarse a eso. Los ingresos no son la única forma para medir pobreza.

-Déjeme insistir: antes no se podía ni pronunciar la palabra pobreza.

-Nosotros siempre hablamos, por ahí no con la fuerza suficiente, pero Cristina tuvo cinco paros generales. A este gobierno le dieron una chance muy grande porque actúan muy bien en política, pero no pueden seguir echándole la culpa al anterior. Nunca pensé que tendría que volver a poner un comedor en mi casa.

 

-Defíname a Carolina Stanley.

 

-Tiene compromiso y mucha capacidad de diálogo. Los compañeros dicen que en las reuniones, cuando llegás caliente, te dan hielo y Lexotanil. Ellos te ponen una barra de hielo en la frente para que te enfríes y, al despedirte, te dan el Lexotanil, que es prometerte que se duplicarán más comedores, pero nosotros queremos trabajo.

 

-¿Este gobierno cortó la asistencia social?

 

-No, no lo hizo. El desacuerdo es en la política económica, por eso reclamamos la ley de emergencia social.

 

-Según algunos cálculos, la ley costaría arriba de $ 100.000 millones.

 

-No es así, serían $ 50.000 millones. A las provincias les dieron $ 86.000 millones. ¿La situación de los pobres no vale $ 50.000 millones?

 

-¿Cómo se financiaría?

 

-Volvé para atrás los impuestos que le sacaste a los ricos. Le sacaste las retenciones a las economías regionales y están peor que con Cristina. Hay que volver a poner las retenciones. Algunos diputados trabajan en un proyecto para cobrar más impuestos al juego.

 

-¿Por qué no lo hicieron durante tantos años?

 

-Con Felipe en la provincia, ante el déficit que había, le dimos un saque terrible al juego. Con el Chino Navarro impulsamos una fuerte presión tributaria, que hacía que todos los días nos venían a reclamar los bingueros. Se puede volver a poner retenciones a las mineras.

 

-¿No se van a enojar los gobernadores peronistas de las provincias con minería?

 

-No, no es verdad, no nos mintamos. El modelo extractivista terminará destruyendo a la Argentina.

 

-¿Cómo se hace para generar un millón de puestos de trabajo?

 

-Tienen que ser un millón de puestos de trabajo de pico y pala. En la provincia de Buenos Aires hay 50.000 viviendas sin terminar. Cada casa le da trabajo a cuatro compañeros, sin contar los empleos indirectos. En 50.000 casas serían 200.000 puestos de trabajo con costo estatal ínfimo. Si pensás en grandes autopistas y darle negocios a Caputo, sonaste. Hay que dar trabajo rápido con la construcción, pequeñas obras públicas, emprendimientos y panaderías populares.

 

-Se dice que la ley podría frenarse en Diputados.

 

-El jueves vamos a estar en Diputados pidiendo que la traten y que haya los dos tercios. No se va a frenar, hay mucho consenso. Tenemos la ayuda de la Iglesia, el apoyo de Francisco. En la redacción participó la Pastoral Social. Queremos pasar Navidad con un pan en la mesa, lo que pedimos es un paliativo. Serían muy torpes si no la sacan la ley.

 

-¿Qué pasaría si Macri la veta?

 

-Sería un suicidio, tendría muchos problemas. Sabe que los movimientos sociales están muy comprometidos con la ley. Estamos abiertos al diálogo, pero no al portazo.

 

-¿Se podría negociar algo?

 

-Podríamos reglamentar la ley, pero que no la vete. Y mucho menos antes de Navidad, porque mataría a compañeros y él se suicidaría. Francisco dijo que marginar a una persona es anularla y es sinónimo de matarla. Y el primer mandamiento es no matarás. Vetar esta ley sería ir en contra de este primer mandamiento, o sea, matar.

 

-¿Qué evaluación hace de la marcha?

 

-Me asustó la cantidad de gente. Espero que el Gobierno escuche.

 

-Dejamos acá.

 

Fuente: diario La Nación.