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Evita en tiempos de Macri

Por UB Villa Santillán.

Este 26 de julio de 2016 se cumplen 64 años del fallecimiento de nuestra inolvidable compañera Evita y los militantes de la Unidad Básica de Villa Santillán queremos recordarla. Ella junto al General Perón dieron vida a nuestro Movimiento y a una clara ideología basada en las banderas de Justicia Social, Independencia Económica y Soberanía Política.

 

Perón fue el líder y conductor, y Evita la abanderada de esos objetivos y todos sabemos que ella nunca bajó un solo principio, un solo objetivo; jamás se apartó del camino de la lucha y de la coherencia con sus ideales. Su vida militante junto a Perón fue breve, apenas ocho años, que fueron suficientes para marcar de forma imborrable su paso por nuestra Patria y ganarse un lugar en el corazón de los más humildes.

 

Extenso sería relatar sus acciones y sus logros, sus horas amargas y sus alegrías, que son las mismas horas de dolor y de felicidad que en esos años viviera el pueblo argentino. Evita es sinónimo de humildes, de trabajadores, de descamisados, como ella gustaba nombrar a sus queridos hombres y mujeres del pueblo. “Ser descamisado -decía- es sentirse pueblo, sentir, pensar, sufrir y gozar como pueblo” ¿Seremos hoy los peronistas capaces de ser descamisados como nos pedía Evita?

 

Hoy el pueblo argentino está viviendo tiempos difíciles. Los salarios están perdiendo el poder adquisitivo que permite alimentar dignamente a nuestras familias, como consecuencia de la inflación desbordada por la devaluación decidida por el gobierno de Macri. Hay suspensiones por millares de obreros de distintas ramas de la producción por la recesión económica a que nos lleva esta política neoliberal de Cambiemos. Hay riesgos serios de que continúen las pérdidas de puestos de trabajo por esta política económica que favorece a sectores minoritarios de la economía nacional, como a los agroexportadores, sectores de la minería y grupos financieros. El resto estamos todos en riesgo permanente de que decaiga nuestro nivel de vida por los tarifazos, la inflación, la recesión y la transferencia de recursos hacia unos pocos privilegiados.

 

Sabemos que no es fácil ser peronista en estos tiempos, nunca lo ha sido en nuestro país. De eso no hay duda. Tampoco podemos tener dudas en seguir siendo peronistas leales a nuestros principios y a los ejemplos que nos brindaron Perón y Evita. Ellos hicieron posible una Patria para todos cuando fueron gobierno, y Argentina fue Libre, Justa y Soberana mirando a nuestros hermanos de América Latina. Esa Patria hoy está en riesgo y cada día se aleja más de esos objetivos irrenunciables para todo peronista. Muchas fueron las frases que pronunció Evita y que nos dejó como un legado ineludible, entre otras, ella nos decía: “Soy peronista, por conciencia nacional, por procedencia popular, por convicción personal y por apasionada solidaridad y gratitud a mi pueblo (…) Mi dignidad de argentina y mi conciencia de ciudadana se sublevó ante una Patria vendida, vilipendiada, mendicante ante los mercaderes del templo de las soberanías y entregada año tras año, gobierno tras gobierno, a los apetitos foráneos del capitalismo sin Patria y sin bandera”.

 

Ante la pérdida de derechos, la incertidumbre y la tristeza que día a día gana el ánimo de miles de argentinos, la llama de Evita debe seguir encendida en nuestras conciencias y en nuestros corazones para cumplir con su mandato histórico: “Si el pueblo fuera feliz y la Patria grande, ser peronista sería un derecho; en nuestros días, ser peronista es un deber. Por eso soy peronista”. Ante la memoria de Evita, entonces, debemos renovar cada día nuestro compromiso de alcanzar un pueblo feliz y una Patria grande.

 

Por Evita, por el Peronismo y por la militancia que no baja las banderas